Poco se habla de las proyecciones económicas para el Mundo y en particular para Chile en relación al virus.
El escenario más optimista podría ser una pandemia controlada de aquí a un mes, pero dejando una brecha completa de cuotas e hipotecas impagas, arriendos suspendidos, innumerables proyectos, negocios y eventos postergados, sueldos atrasados, pymes quebradas y un largo etcétera que podría generar un efecto dominó para caer en default general.
El escenario aparentemente más pesimista es completamente incierto, pero bien podría gestar un cambio tan profundo en las reglas del juego de la vida y en nuestras consciencias, que nos lleve a replantear toda la estructura de creencias y prioridades de lo que hasta hoy consideramos importante y valioso.
Personalmente la incertidumbre ha sido muy difícil para mí porque como padre me enfrento a la realidad de que no puedo garantizar seguridades ni futuro alguno a mis hijos. Sin embargo también puedo leerlo como un llamado de atención de parte la Madre Tierra y de la Fuente Suprema para detener la maquinaria endemoniada que nos ha llevado a este estado de hipnosis y locura colectiva, donde nos hemos olvidado de lo más obvio: gozar, agradecer, amarnos y cuidarnos más entre nosotros y nuestro entorno.
Lo que tenga que pasar va a pasar, con o sin nuesteo permiso, estemos preparados o no. Entonces la invitación para todos es a no resistirnos al curso natural de los acontecimientos. Fluyamos en el torrente de la verdad para ver qué sucede y qué podemos aprender de nosotros y de todo esto.
En vez de paralizarnos y maldecir lo que es y está siendo, observémoslo sin juicios y abracémoslo sin más, porque a la vida sólo hay que hacerle el amor.
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Raimundo Silva Guzmán
Coach Ontológico Asersentido