Estas son 5 heridas arquetípicas y universales que se gestan en nuestro vínculo primario con papá y mamá durante la primera infancia, por eso se asocian directamente con lo que conocemos como nuestro niño interno o niño herido.
Cuando estas heridas no son vistas ni sanadas, nos acompañan durante toda la vida. Todos las portamos en diferentes niveles.
Estas 5 heridas son el rechazo, el abandono, la injusticia, la humillación y la traición. Cada una de ellas da paso a la creación de diferentes máscaras egoicas que aparecen como mecanismos de protección del inconsciente, que en vez de ayudarnos a sanar, nos llevan a la evasión – tapando las heridas – mientras estas necrosan los tejidos del ser en muchas dimensiones.
Estas máscaras egoicas son mecanismos adaptativos del inconsciente que activan nuestros automatismos, tratando vanamente de dar respuestas a diferentes situaciones y estímulos externos que activan el dolor. Estas respuestas tienen muy altos costos para quienes portan las heridas y también para quienes se vinculan con ellos.
Algunos ejemplos:
Un comentario poco amable puede activar la herida del rechazo, para dar paso a una forma de ser que impulsa la creencia de que nuestra presencia no tiene ningún valor, por lo tanto es mejor desaparecer.
Un conflicto de pareja puede activar la herida del abandono, para dar paso a una forma de ser emocionalmente dependiente, que está dispuesta a cualquier transgresión con tal de no sentirse solo(a).
Un proyecto rechazado puede activar la herida de la injusticia, para dar paso a una forma de ser extremadamente autoexigente, que se culpará y auto castigará por no haber hecho un trabajo perfecto.
Una broma desafortunada puede activar la herida de la humillación, para dar paso a una forma de ser que se avergüenza de si misma, creyéndose poco digno para los demás.
Una instancia en donde la confianza queda en duda, puede activar la herida de la traición, para dar paso a una forma de ser excesivamente controladora, que exige pruebas de veracidad y lealtad hasta asfixiar a los demás.
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Rai Silva 
Coach Ontológico
#YaEsTiempoDeSanar