La resignación es aquella creencia de que hay una realidad que no es posible cambiar, y nos la vivimos desde la posición de perdedores o no merecedores.
Derrotar a la resignación es un movimiento desafiante y poderoso. Es aceptar la ganancia, la abundancia que subyace y que siempre estuvo disponible para nosotros.
Sin embargo en el proceso suelen aparecer las resistencias del ego porque amenazan a su victimismo. También aparece el vértigo de volar más alto de lo que nos creemos capaces; y finalmente aparece el miedo que nos paraliza porque “hay que ser realistas” y no aspirar a más.
Derrotar a la resignación es un acto valiente porque nos saca de la comodidad del “no poder”, para transformarnos en responsables del resultado.Justamente ahí está la magia, pues nos conecta con nuestro poder personal, que siempre es mucho más grande de lo que alcanzamos a visualizar. Nos conecta también con nuestros anhelos, con la vitalidad que nos expande y la alegría de SER aquello para lo que hemos venido a la vida.
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Raimundo Silva
Coach Ontológico Asersentido